Estados Unidos, un sueño que toma tintes de pesadilla.
Estados Unidos es una de las potencias mundiales más influyentes y poderosas, el hogar de los sueños, a donde millones de personas han llegado para poder vivir de manera digna, la tierra de la libertad y en donde puedes ser todo lo que quieras ser. Supuestamente.
Es muy preocupante lo que sucede en la actualidad, realmente desconcertante y muchos están tratando de imaginar como terminará esta historia ahora que el país enfrenta grandes desafíos que amenazan su estabilidad y su futuro. Tres de estos desafíos son la migración masiva de personas que provienen de áreas en conflicto, el consumo de fentanilo y otras drogas que generan adicción y violencia, y el aumento del racismo y la polarización social que divide al país.
La migración Venezolana en todo el continente ha cambiado las dinámicas y las culturas de todas partes, pero en Estados Unidos ha tenido un impacto inédito, como en todos los grupos de migrantes hay personas que no están contentas con las condiciones y se están dando conflictos entre migrantes y autoridades, México y su frontera están colapsadas y se ha visto el crecimiento de mafias y violencia por todo el trayecto de migración.
Pero no solo los venezolanos llegan a Estados Unidos. También lo hacen miles de personas provenientes de Centroamérica, Haití, Afganistán y otras zonas en crisis. Esto ha generado una presión sobre el sistema migratorio estadounidense, que ha tenido que lidiar con el aumento de solicitudes de asilo, la saturación de los centros de detención y la dificultad para integrar a los recién llegados.
El gobierno de Joe Biden ha impulsado diferentes medidas para facilitar la migración por vías legales y reducir el número de personas que cruzan irregularmente la frontera, pero también ha enfrentado críticas por parte de sectores conservadores que ven en la migración una amenaza para la seguridad nacional, la economía y la identidad cultural del país.
Otro problema grave que afecta a Estados Unidos es el consumo de fentanilo, una droga sintética 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina que ha causado miles de muertes por sobredosis y ha generado escenas dantescas en algunas ciudades, donde se ven personas en estado zombie, incapaces de reaccionar o comunicarse.
El fentanilo proviene principalmente de China y México, donde se produce clandestinamente y se trafica hacia Estados Unidos, su bajo costo y su alta potencia lo hacen muy atractivo para los consumidores, pero también muy peligroso, ya que una dosis mínima puede ser letal.
El consumo de fentanilo no solo afecta a los adictos, sino también a sus familias, a las comunidades y a las autoridades. El fentanilo está relacionado con el aumento de la delincuencia, la violencia, el abandono escolar, el deterioro de la salud pública y el colapso del sistema judicial.
El gobierno estadounidense ha declarado la emergencia sanitaria por la epidemia de opiáceos y ha destinado recursos para combatir el tráfico, prevenir el consumo y tratar a los adictos. Sin embargo, el problema sigue siendo grave y requiere una acción coordinada entre los diferentes niveles de gobierno, el sector privado y la sociedad civil.
Todo esto ha hecho que el ya establecido patriotismo exacerbado y el racismo crezca en proporciones alarmantes, la violencia racial, la discriminación y la cantidad de personas que habitan las calles han convertido el país en un campo de batalla social que enfrenta a los “americanos puros” con cualquier cosa que atente contra sus principios o al menos contra los que se han inventado y aprendido como dogma. Esto es letal para una sociedad. Solo recuerda el libro “los cuentos de la criada” y otros futuros distópicos que se están convirtiendo en realidad.
El racismo es una realidad histórica y estructural en Estados Unidos, que se manifiesta en la discriminación, la violencia y la exclusión de las personas negras y otras minorías étnicas, desde la época de la esclavitud hasta la actualidad, los afroamericanos han sufrido la opresión y la injusticia de un sistema que los ha relegado a una posición de inferioridad y vulnerabilidad y ahora se da con violencia y con intensidad contra los latinos y otras etnias, lo sufren otras comunidades como los indígenas, los asiáticos y los musulmanes, que han sido estigmatizados, marginados y atacados por su origen, su cultura o su religión. Estas comunidades también han levantado su voz y se han organizado para defender sus derechos y su identidad, sigue sucediendo mientras levantan las banderas de la libertad, la inclusión y la diversidad que al parecer solo aplican para vender productos.
El racismo ha generado una profunda división social en Estados Unidos, que se refleja en la polarización política, la desconfianza mutua y el aumento de los grupos extremistas y violentos, el gobierno de Biden ha reconocido el racismo como una amenaza para la democracia y ha prometido tomar medidas para combatirlo, pero también ha enfrentado la resistencia de sectores que niegan o minimizan el problema.
Es el momento para reflexionar sobre el papel de Estados Unidos en el mundo, sus valores, sus principios y su visión de futuro. ¿Podrá Estados Unidos superar estos desafíos y salir fortalecido? ¿O se dejará vencer por ellos y entrará en un periodo de decadencia? El destino de Estados Unidos depende en gran medida de las decisiones que tome hoy.